Bajo el recuerdo del primer aserradero de chopo del “Rey del Chopo” ubicado en la Antigua Fábrica de San Juan (Antiguo aserradero del “Rey del Chopo”) en Las Huertas Bajas, de Santa Fe, este lugar histórico de la Vega comenzó ayer una segunda vida al haber sido testigo del acto de inauguración de las parcelas demostrativas del proyecto LIFE Wood for Future. Su propietaria, María del Carmen Jiménez Barrionuevo, “Marita”, ofreció amablemente su finca para celebrar este entrañable e histórico acto. Una nueva vida para un cultivo de larga tradición en la construcción en la Vega y en la provincia, que surge ahora para demostrar a la innovación propuesta por este proyecto, tanto a nivel de vivero (planta certificada), plantaciones (selvicultura más competitiva y más respetuosa con el medio ambiente para generar madera certificada de calidad), a nivel de propietarios a través de una Agrupación de Productores de chopo, como a nivel de producto (vigas laminadas estructurales construidas con las tecnologías del laminado encolado y las uniones dentadas entre tablas).  El aunar esfuerzos público-privados dio ayer sus frutos. Las investigaciones del IFAPA en ensayos clonales durante muchos años, la valentía e iniciativa de dos viveros locales, Certichopo e Hijo de Celedonio, la enorme experiencia de COSE al respecto de propietarios forestales, las investigaciones previas de la Universidades de Granada y Santiago de Compostela (Pemade), la voluntad de la Diputación de mantener un vivero certificado de cepas madre, así como el apoyo del gobierno autonómico en estos primeros pasos del proyecto en materia de posibles ayudas al sector primario y a la implantación de una industria local, animan a los propietarios a incorporarse de forma activa al proyecto.

En esta línea, la Delegada Territorial de Agricultura, Ganadería y Pesca, María José Martín, asistió, en el término municipal de Santa Fe, a la inauguración de una parcela demostrativa de chopo incluida en el Proyecto Madera para el Futuro. Desde la Junta de Andalucía se pretende reintroducir el cultivo del chopo en la Vega, cuyas hectáreas han quedado reducidas, en los últimos tiempos, a las 3.000, según la delegada quién destacó el » indiscutible papel social por su valor cultural, histórico y paisajístico, como árbol y cultivo tradicional en la provincia con más de 100 años de historia». La parcela de Marita, de casi 2 ha, ha sido plantada con planta certificada local del clon Beaupré con un marco de 5×5 m y con una banda de protección y generadora de biodiversidad, de chopos MC.

Según Martín «más choperas es sinónimo de más bioeconomía, más desarrollo sostenible, más empleos verdes, menos contaminación y más mitigación de cambio climático en nuestra Vega». Destacó, además del valor económico de las choperas, «el enorme valor ambiental, que se puede observar directamente en el ciclo del agua en la Vega, por el valor que aportan de depuración de aguas y la recuperación de acuíferos o la regulación de las inundaciones; en el propio clima, funcionando además de excelentes sumideros de carbono y como amortiguadores de temperaturas extremas; o en la mejora de la biodiversidad, la conservación del suelo y la regulación de la erosión».

El papel del Ifapa es esencial en este proyecto, apostando por este tipo de investigaciones para lo que cuenta ya con una parcela demostrativa y un equipo investigador. Se trata de llevar a otro nivel el cultivo de este árbol, mejorando su rendimiento, orientando el producto al sector de la construcción, en definitiva colocar a este cultivo en la senda de una industria innovadora de la madera de buena calidad.

Patricia Gómez, gerente de COSE, y responsable de esta acción del proyecto, destacó el enorme salto cualitativo que suponen estas plantaciones en cuanto a generar más madera de calidad y por tanto apoyar la industria local sostenible que genere empleos verdes. Destacó asimismo el que estas plantaciones se hayan realizado ya en el marco del germen de la Agrupación de productores promovida por el proyecto, lo que hace que todos los propietarios las perciban como un verdadero grupo, con el que defender mejor sus intereses y garantizar el suministro para la industrial.

A su vez, Antolino Gallego, coordinador del proyecto, destacó el valor histórico del lugar, y la forma entrañable con la que su propietaria, Marita, había preparado todo para un acto digno, con fotografías históricas y un recorrido para conocer lo que en su día fue la primera industria del sector. El coordinador destacó que la idea que promueve este proyecto de llevar la madera desde la tierra a la casa cercana, podría aplicarse dentro de varios años justo en este aserrador, para su rehabilitación. La Universidad tiene el compromiso social de que su conocimiento genere valor en su territorio en un futuro cada vez más volátil y más complejo en el marco de la economía global construida durante estas últimas décadas. Toca apostar ahora por productos de Km0, y autoabastecerse.

La Delegada tuvo un encuentro previo en el IFAPA con investigadores y el sector primerio en el que conoció de primera mano las plantaciones clonales promovidas por la investigadora María A. Ripoll, así como las medidas de parámetros ambientales que se están realizando en ellas en el marco del proyecto.

Un gran día, en el que además inaugurar las nuevas plantaciones de chopos, se plantó esperanza en un sector muy castigado por los precios, el desmembramiento y la poca atención de la administración. Más madera para el futuro de la Vega¡¡¡